Quiénes Somos
Es una marca colombiana alegre, espontánea, llena de amor, paz y tranquilidad.
Nace de las ganas de una joven católica de servir a Dios por medio de la venta de productos religiosos, con la principal intención que sus clientes puedan tener una Experiencia Divina, que puedan sentir Su Presencia y acercase más a Él.
A través de los productos que manejamos evangelizamos y enseñamos, somos instrumentos de Dios para llegar a las personas que Él disponga.
Nuestra marca proviene de “La Divina Providencia”, el poder de Dios omnipotente, presente en todo lugar, por el cual preserva, mantiene y gobierna amorosamente todo lo creado de acuerdo a Su sabiduría, voluntad y bondad, dirigiéndonos siempre hacia su divino propósito.
Queremos incentivar el amor y la confianza en los planes de Dios, en los que Él dispone para nuestro bien y que nuestros clientes puedan disfrutar y compartir siempre Regalos del Cielo!
Oraciones Providenza
Te damos gracias Señor por nuestras vidas, por todas las bendiciones que nos regalas, por tu presencia en nuestros corazones, por tu infinito amor, por estar siempre a nuestro lado, gracias Señor porque entiendo que me amas, me proteges y me guías.
Queremos sentir tu presencia cada minuto en nuestras vidas, queremos aprender a oírte Señor, llévanos siempre de tu mano, aumenta mi fe para saber que Tú estás conmigo y saber que puedo confiar en ti y en tu Providencia Divina. Quiero encontrarte en momentos de silencio, también en momentos de angustia y preocupación. Hoy te entrego mi cuerpo, mi alma y mi espíritu para que seas Tú habitando y obrando en mí.
Señor ayúdame a ser siempre reflejo de tu amor; una palabra de aliento para muchos, un abrazo en momentos de desesperanza, una sonrisa en medio de la tristeza, una mirada dulce a la arrogancia, silencio cuando Tú lo dispongas, alegría que contagie, luz para la oscuridad, amor infinito y puro para dar.
Señor Jesús, te pido perdón por todas las veces en que no veo tu grandeza en mis días, lléname siempre de tu bondad, de tu paciencia, de Ti mi Dios; hoy abro las puertas de mi corazón para que sigas derramándote infinitamente Señor.